"Sin oscuridad no habría sueños." - Karla Kuban

domingo, 7 de agosto de 2011

El peso del alma

"Bueno hoy os quiero mandar un pequeño relato sobre un tema que me indigna el maltrato psicológico, es también muy duro porque es muy difícil de demostrar al no dejar las secuelas físicas que deja el físico. Así que os dejo este texto que tiene como banda sonora "El peso del alma" una canción preciosa que os invito a escuchar. Espero que os guste a tod@s".

     Marta estaba mirando por la ventana, se había sentado en el alfeizar interior y estaba viendo a través de los cristales como las gotas caían sin cesar sobre los charcos que se habían formado. Se quedó mirando a uno de ellos y viendo las ondas que provocaba cada gota que caía en sobre él.

         Se levantó, se desperezó y se dispuso a poner un poco de música para romper el silencio de su habitación. Había veces que el silencio podía más que ella y necesitaba escuchar algún sonido o la voz de alguien haciéndole compañía aunque estuviera sola.

         Marta vivía con sus padres, había vuelto a su casa un par de años atrás después de vivir uno de los peores momentos de su vida. Ahora con veintisiete años estaba intentando encauzar de nuevo su camino y esperaba que esta vez el destino fuera más amable con ella.     

Había decidido pasar una tarde tranquila sin pensar en nada y el hecho de que estuviera lloviendo la acompañaba. Hacía mucho tiempo ya que no hacía algo así estar durante un par de horas mirando caer la lluvia con la mente en blanco. Había estado tan ocupada buscando cosas que hacer que ya se había olvidado de sí misma.

Cerró los ojos dejando que la música llenara con sus notas la habitación en penumbra, mientras su  mente comenzó a vagar inconscientemente al único lugar al que se negaba a regresar. 

Se negaba a recordar los que fueron los peores años de su vida, los que día tras día durante los últimos meses se había esforzado en cobijar en la zona más oscura y oculta de su mente.  Abrió los ojos y sacudió la cabeza intentando desterrar esos pensamientos, casi había aprendido a deshacerse de ellos y tenerlos bajo la coraza que había creado como protección.

Las notas de una canción que conocía perfectamente la hicieron girarse, se había confundido de cd. Los acordes del piano la invitaron a cerrar los ojos y abrazarse a sí misma suspirando lentamente.  

"Entre pétalos de rosa busqué su amor, y encontré violencia en lo que antes era una flor. Le entregué mi cuerpo, el compró mi juventud, a cambio de partirme el alma en dos... Dejé de esperar que el perfume de su voz no destilara odio y alcohol... "

Con las primeras frases de Patricia, la cantante, algunos de sus momentos más duros de su vida volvieron a su mente en forma de flash. Una mirada de odio que rasgaba el alma, un puño que se frenaba a dos centímetros de su cara para darle a una pared. Gritos y empujones. Y sobre todo muchos insultos, muchos momentos de peleas con el mismo final, Marta llorando en un rincón sola.

 ¿Cuántas veces las palabras que escuchó le dolieron igual que lo hubieran hecho los golpes? ¿Cuántas veces le tuvo que decir que no valía nada para que se lo creyera? ¿Cuántas tuvo que menospreciarla antes de que se hundiera del todo?

       Marta sintió como las lágrimas resbalaban por sus mejillas en un llanto silencioso. “Dime porque no he tenido alguien que cuidara de mí, que ahora que mi vida hecho a dormir siento que apenas viví…” Patricia seguía llenando la habitación con su rasgada voz.

       Se sentía como una idiota por haber confiado y creído en él. Por haber aguantado todas sus amenazas y humillaciones, sus engaños, y sus faltas de respeto. Era cierto que nunca llegó a ponerle una mano encima pero es lo único que faltó.

       El día que decidió poner fin a todo que decidió que su vida iba a ser suya y no de su maltratador fue después de que le dijeran que era víctima del maltrato psicológico. Luchó contra sus miedos, contra sus inseguridades. Pero sobre todo luchó contra ÉL, por no dejarse atemorizar con sus amenazas.

         Después de ese día las cadenas de su prisión comenzaron a ceder. Le quedaba un largo camino. Recuperar su autoestima, su confianza, su amor propio. Tenía que volver a aprender a quererse y valorarse.  Pero lo haría. Lucharía cada día por recuperar la chica que un día fue.

"Despídete ya se acaba el tiempo ven hacia la luz, no tengas miedo él no volverá, la eterna angustia será su condena...

Ella tardaría en recuperarse pero lo haría, lo sabía, era una superviviente y una luchadora. El que nunca cambiaría sería el. Que sería siempre un cobarde que para intentar sentirse un hombre tenía que humillar y  anular a una mujer.

Confiaba en que el destino pondría cada cosa en su lugar, mientras pensaba eso abría los ojos de nuevo mientras sonreía en la oscuridad.

"Espero que os guste, y CHICAS nadie es mejor que vosotras que nunca os hagan dudar eso".

4 comentarios:

  1. No te digo que tal vez no necesites mejorar un poco el tema de las descripciones, pero así y todo me ha impresionado, sobre todo con la canción de fondo. Excelente, sigue así, verás como todavía lo harás mejor (aunque ya lo haces fenomenal) =D

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  2. Ais es que eres buen profe :))) gracias por la ayuda diaria :)))

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